Lo primero que vamos a hacer es el brownie. Para ello, vamos a pesar el chocolate, la mantequilla y vamos a derretir el chocolate al baño María (recordad, un cacito pequeño dentro de otro más grande con agua) con la mantequilla:

Mientras se derrite, pesamos el azúcar y la harina. Una vez pesados, mezclamos el azúcar, los huevos y la harina y la cucharadita de levadura tamizadas (es decir, pasada por un colador para que no haga grumos) con la mezcla templada del chocolate y la mantequilla, y lo batimos bien con unas varillas:

Pelamos los pistachos, los pesamos y los añadimos a la mezcla de chocolate.

Forramos ahora una fuente de horno con papel de horno. Lo ideal es que la fuente sea cuadrada de 20x20 para que os salga ese brownie de libro alto, alto. Como y no tenía, lo he hecho en esta fuente rectangular, que quizás era un poco demasiado grande para estas cantidades:

Preparamos ahora el cheescake: pesamos el queso, y lo mezclamos bien con unas varillas con los huevos, el azúcar glass y con la esencia de vainilla:

Una vez hecha esta mezcla, la ponemos con cuidado sobre la mezcla anterior:

Si queremos conseguir un efecto marmolado, pasamos la parte inferior de un tenedor con cuidado por la mezcla haciendo un zigzag:

Metemos la fuente ahora al horno a 170º durante 35/40 minutos aprox. Es importante que metáis un palillo pasado el tiempo para ver si está totalmente hecho. Si sale limpio, entonces sí lo está. Pasado el tiempo, lo sacamos del horno:

Una vez frío, lo podéis cortar el cuadrados del tamaño que queráis:

Y..., ¡voilá!

Y con este buen sabor de boca me despido de todos vosotros hasta la semana que viene, no sin antes desearos a todos una semana feliz, ¡muy feliz!

Un besote,

Cocotte.