Mis queridos «glamcooks»:
Hace tiempo que quería compartir con vosotros esta receta, pero esta vida perruna que llevamos a diario no me había permitido comprar uno de los ingredientes clave de esta receta, el panko (ahora os explico lo que es). Por fin esta semana lo he conseguido, y aquí que vamos con ella. Se trata de unos langostinos realizados a la manera japonesas. La cocina japonesa, que es una de las mejores cocinas del mundo, es conocida principalmente por el sushi o por el sashimi que son platos de pescado crudo, pero tiene una infinidad de platos cocinados que son una auténtica delicia y que en muchos casos, a mí en particular, me gustan más que los crudos. Si a alguno de vosotros no os gusta lo crudo os cuento un truco: cualquier plato que lleve en el nombre «yaki» (teriyaki, tepankayi, sukiyaki, etc.) ¡va cocinado! Y tras esta introducción, os cuento al receta de hoy: se trata de unos langostinos (yo he utilizado gambón en este caso), marinados en salsa terikayi y empanados. Pero he aquí el truco: el empanado. El empanado japonés no se realizada con pan rallado, sino con «panko«, un pan rallado especial muuuucho más grueso que le da ese aspecto tan crujiente y tan especial. Lo podéis encontrar en tiendas de alimentación asiática y de verdad os digo, marca la diferencia. Éste es un entrante de lujo que os hará quedar como auténticos «emperadores» de cualquier reunión. ¿Queréis aprender a hacerlos? Pues empezamos.
Langostinos japoneses (marinados en teriyaki y empanados)
Vais a necesitar:
Estos dos ingredientes de la receta son la clave: la salsa terikayi y el panko. Aunque podrías sustituir el panko por pan rallado grueso, la textura que ofrece el panko es inigualable. Merece la pena que lo busquéis en cualquier tienda de alimentación asiática.
- Frase : Este delicioso entrante de la cocina japonesa os hará los emperadores de cualquier reunión
Ingredientes
Instrucciones
Lo primero que vamos a hacer es meter los palillos de brochetas en agua para que no se nos quemen al freírlos:
Ahora, limpiamos los langostinos. Para ello, les quitamos la cabeza y los pelamos totalmente:
Una vez pelados, vamos a hacer algo que suelen hacer todos los asiáticos en la cocina cuando tratan con este tipo de mariscos, y es quitarles el intestino. Para ello, vamos a hacer un pequeño corte sobre lo que sería la "espalda" del langostino pelado y quitamos esa fina línea negra que tienen. Es como un hilito. Si tiráis de él con cuidado, saldrá completamente. No siempre es todo negro, pero la parte negra os ayudará a encontrarlo. Mirad, así:
Deberá quedaros así de limpito:
Hacemos eso con todos. Una vez limpios, ponemos salsa teriyaki en una fuente, y metemos los langostinos pelados y limpios, ya que los vamos a marinar en esta salsa durante 30 minutos. A los 15, les vamos a dar la vuelta para asegurarnos de que cogen bien el sabor por todo lados:
Mientras se marinan los langostinos, vamos a preparar los ingredientes del empanado: la harina, un huevo batido y el panko. Los ponemos en 3 platitos diferentes. Menos el huevo, es mejor que sean platos planos, ya que los vamos a tener que rebozar ya ensartados en los palitos de brochetas y de esta manera nos aseguramos de que lo vamos a poder hacer bien:
Ponemos a calentar aceite en una sartén. Lo ideal es freírlos en freidora, pero si no tenéis, como es mi caso, podéis hacerlos en una sartén honda con bastante aceite, para que nos aseguremos de que todo el langostino queda cubierto y se está haciendo. Lo ideal para cualquier plato de cocina asiática es freírlo con aceite de girasol, ya que tiene un sabor mucho más neutro que el de oliva, y para este caso, es mejor:
Pasados ya los 30 minutos de la marinada, ensartamos los langostinos en los palitos de brocheta. Para ello, primero escurrimos bien los langostinos, y una vez escurridos, ensartamos el palito de brocheta por todo el langostino de manera longitudinal, comenzando por la cola del mismo. Mirad, así:
Una vez preparados todos, vamos a empanarlos: primero los pasamos por harina, luego por el huevo (veréis que es difícil que el huevo se adhiera a la harina por eso os podéis ayudar de una cuchara para hacerlo), y por último, por el panko:
Una vez rebozados todos, los freímos en el aceite de girasol muy caliente. Aunque no se ve en la foto, como no me cabía el langostino entero en la sartén, me he ayudado de una cuchara (como cuando hacéis un huevo frito para que el aceite cubra la yema), para cubrir con aceite la parte final del langostino y que también se hiciera:
Una vez fritos, escurrís el sobrante de aceite en un plato con papel absorbente. A continuación, servidlos inmediatamente:
Y..., ¡voilá! Aquí los tenéis, ¿os gustan? Servidos con un poco de salsa de soja resultan un entrante de lujo asiático, y nunca mejor dicho...
La fuentecita redonda es de IKEA y la jarrita de soja, de los chinos.
Espero que os haya gustado la receta de hoy y que os animéis a hacerla, porque gusta a todos y el resultado ¡es de restaurante!
Con esto me despido hasta la semana que viene no sin antes desearos una semana tan deliciosa como esta receta.
Cocotte.
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