Vamos a empezar con la receta. Vais a necesitar, para 2/3 personas:

Mirad, éste es el magret:

Y éstos, los arándanos desecados:

Lo primero que vamos a hacer es el coulis, ya que, como os he dicho, el magret se hace justo antes de servir. Para comenzar con él, vamos a rehidratar los arándanos en la sartén. Para ello, vamos a calentar los arándanos con un poquito de aceite en una sartén a fuego medio. Veréis como en poco tiempo se hinchan un poquito:

Una vez que veáis que se han hinchado un poquito, añadís las 4 cucharadas de salsa de soja:

Removéis bien un poquito, y a continuación, añadís los 200 ml. de agua:

Lo llevamos a ebullición, y lo dejamos reducir más o menos hasta la mitad. Si queréis hacer más salsa, nunca olvidéis la proporción de 1 cucharada de soja por cada 50 ml. de agua.

Mirad, una vez reducido os debe quedar así más o menos:

Colamos ahora la salsa, y apretamos bien los arándanos con una cuchara para exprimirlos y deshacerlos. Una vez hecho, mezclamos los arándanos deshechos con la salsa:

Reservamos la salsa, y preparamos ahora el magret. Lo sacamos de su plástico, y lo ponemos en una tabla con la parte de la piel hacia arriba. Veréis que esta parte del pato tiene una piel muy grasa por uno de los lados. Sobre ella, vamos a realizar una serie de cortes en forma de rombo:

Una vez hechos, ponemos el magret sobre la parte en la que hemos realizado los cortes, en una sartén sin aceite, ya que esa parte de la piel va a soltar gran cantidad de grasa. La sartén debe estar a fuego vivo, y debemos dejarlo sobre esa parte unos 5 minutos más o menos (tened cuidado de que no se os queme en exceso). En el paquete pone que debemos tenerlo sobre el lado graso de 6 a 7 minutos, pero en mi caso, a los 5 ya estaba demasiado dorado.

Pasados esos 5 minutos (tened cuidado, porque salta mucho), vamos a proceder a darla la vuelta, pero antes, vamos a retirar el exceso de grasa de la sartén (ojo, no la tiréis. ¡Luego os cuento lo que podéis hacer con ella!):

Sobre este lado, solo hay que dejarlo unos 2 minutos aprox. Una vez pasado ese tiempo, ponéis el magret sobre una tabla, y lo fileteáis más o menos con este grosor, con cuidado de no quemaros:

Calentáis un poco la salsa, repartís el magret, lo saláis (recordad que no le hemos puesto sal a la carne) y lo servís con un poco de salsa por encima. El resto de la salsa, la podéis servir en una salsera junto al plato, o en otro montoncito en el mismo plato... Y..., ¡voilá! ¿Os gusta? Os animo de verdad a probarlo, porque es muy, muy fácil, y el resultado es de lo más pintón.

Nosotros hoy lo hemos acompañado con estas patatitas que os cuento la semana próxima, pero si lo queréis hacer antes, os recomiendo que lo acompañéis con un puré de patata rico, a poder ser, con algún chorrito de aceite de trufa... Combina también a la perfección con el gratinado de patatas a la Cocotte que os contaba en la receta del confit de pato. Como os he comentado antes, la salsa de arándanos con soja es probablemente lo mejor de la receta, y lo que os animo a probar. Si no os gusta el pato, podéis hacerla para acompañar un solomillo de cerdo en medallones. El sabor salado de la soja, junto al toque agridulce del arándano, dan como resultado una combinación deliciosa.

¡Ah! Casi se me olvida contaros lo que podéis hacer con la grasa que os ha sobrado al freír el magret. Podéis utilizarla para freír unas patatas. os van a quedar un poco oscuras (por eso en mejor que las cortéis tipo panadera), pero no sabéis que gusto tan rico adquieren con este aceite...

El estilismo de esta semana es muy sencillo: los platos y el vasito de la salsa son de IKEA (Mariajo, esta vez, ¡nada del otro mundo, princesa!).

Os deseo una semana cargada de sabor, de sabor a Navidad, y os envío un besote muy, muy fuerte hasta el domingo que viene, día en el que ya os escribiré desde mi adorada Alemania...

Cocotte.