Mi queridos «glamcooks»:
Como véis, mi querida amiga Elena es una gran fuente de inspiración para mí. Tiene un cuadernito escrito a mano con todas las recetas que el día que estoy deseando bichear para compartir con vosotros sus miles de maravillosas recetas. Ella es una gran maestra para mí, y año tras año, lo sigue siendo. Recetas como el Pastel Croque Monsieur, la tosta de foie con manzana caramelizada, o sus famosísimos escalopines de pollo (con salsa de manzana y champiñones) que no os podéis perder, han salido de esa joya de cuaderno… La receta de hoy puede sonar sencilla, pero es taaaaaan deliciosa, que la hemos adaptado rápidamente a nuestro repertorio gastronómico. Se trata de unos muslitos de pollo en salsa con patatas. Hasta ahí normal, ¿no? Pues no, estos muslitos no son normales y os recomiendo de corazón probarlos. ¿Queréis ver lo fáciles que son? Pue empezamos.
Muslitos de pollo en salsa con patatas al estilo Elena
Vais a necesitar:
- Prep Time : Esta receta de muslitos de pollo en salsa con patatas es tan sencilla que tendrá pase directo a vuestro repertorio gastronómico habitual. Y ese día no os olvidéis de comprar pan... Los barquitos para la salsa en este plato son de obligado cumplimiento... minutes
Ingredientes
- Muslos de pollo - 2 o 3 por persona
- Patatas medianas - 1 por persona
- Vino blanco - 1 chorrito
- Caldo de pollo - Medio vaso (unos 150 cl).
- Pastilla de caldo de pollo - 1
- Cebolla - 1
Instrucciones
Lo primero que vamos a hacer es salpimentar bien el pollo por todos los lados:
Ahora lo vamos a freír en una sartén con bastante aceite. Ojo, tened cuidado al freírlo porque salta mucho. Deben quedar muy, muy dorados por todos los lados:
Mientras se hacen, vamos pelando las patatas y cortándolas en trozos grandes. Yo he usado cachelos gallegos que son las patatas que más me gustan del mundo...:
Una vez fritos y dorados los muslos de pollo, los ponemos en el fondo de una olla express, y añadimos encima los trozos de patata:
Pelamos ahora y cortamos una cebolla en trozos no muy pequeños, más o menos así, y la freímos en el mismo aceite en el que hemos frito el pollo. También debe quedar muy dorada:
Una vez hecha, la añadimos en la olla sobre las patatas. Retiramos ahora un poco del aceite si véis que es mucho, y desglasamos la sartén con un chorrito de vino blanco. Desglasar significa retirar con algún tipo de alcohol todos los restos que hayan quedado en la sartén de haber frito el pollo o lo que hayamos frito. Estos restitos darán un sabor excelente a la salsa. Ojo, hay que dejar que el alcohol del vino se evapore durante unos minutos, ya que lo vamos a añadir a la olla. Intentad que el vino sea bueno. Dicen los sabios que nunca se debería cocinar con un vino que no te puedas beber... Cuanto mejor sean los ingredientes, siempre será mejor el resultado:
Añadimos el vino ya sin alcohol a la olla y añadimos también un buen chorro de caldo de pollo (150 cl. aprox).
Incorporamos ahora una pastilla de caldo de pollo desmenuzada por encima, removemos todo bien y cerramos la olla. La dejamos cocinar durante 10 minutos. Mi olla tiene dos posiciones. Yo lo he dejado en la máxima, pero recordad que cuando suben los dos aros hay que bajar el fuego al mínimo y dejan entonces que se haga los 10 minutos:
Pasado el tiempo, dejad que la olla pierda el vapor ya fuera del fuego y podéis abrirla. No sabéis cómo huele, y como están estos muslitos... La salsa es de morirse...
Y..., ¡voilá! ¿Qué os parecen? Deliciosos, ¿no? Pues esperad a probarlos, de verdad. Ese día no olvidéis comprar pan, porque los barquitos para la salsa en esta receta son de obligado cumplimiento...
Y con esto me despido de todos vosotros, mis queridos "glamcooks", no sin antes desearos una seaman tan fácil y deliciosa como esta receta.
Un besote fuerte,
Cocotte.
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