Mis queridos «glamcooks»:
Antes de comenzar esta entrada quería desearos un 2016 cargado de salud y felicidad, con muuuuuchos preciosos momentos que celebrar. Cocotte estará siempre cerquita para inspiraros a celebrar todas las cosas buenas que os sucedan, que espero sean muchísimas. Por eso, para comenzar este 2016 he decidido hacerlo con una receta de pan, porque el pan siempre me ha parecido un alimento mágico, casi sagrado. Porque cada comienzo de año es para mí como el nacimiento de algo nuevo, vamos a comenzar este 2016 con un pan debajo del brazo, ¿os parece? Y como en este blog todo tiene que tener un toque glam, vamos a hacer una espiga de pan de chapata con cebolla. Inspirador, ¿no? ¡Os va a sorprender lo fácil que es! Pues si estáis animados, empezamos.
Espiga de pan de chapata con cebolla
Vais a necesitar:
- Frase : ¡Nadie creerá que la habéis hecho vosotros!
Ingredientes
- Premezcla de pan de chapata - 1
- Aceite de oliva - 1 cucharada
- Sal negra (o sal blanca gorda) - Un puñadito
- Cebolla frtia tipo Ikea - Un par de cucharadas
- Agua
Instrucciones
Vamos a hacer la chapata con una premezcla que venden en Lidl de pan de chapata. No la tienen siempre, pero cuando la tienen, compro siempre un par de sobres, porque lo cierto es que sale deliciosa. Esta marca también tiene otras premezclas de pan alemán, como el Bauernbrot o pan payés, que es una auténtica maravilla. Os dejo aquí el link para la receta que tengo en el blog de este tipo de pan alemán. pero bueno, volvemos a la chapata. Mirad, es ésta:
Lo primero que vamos a hacer es pesarla porque con este paquete salen dos chapatas grandes y hoy vamos a hacer solo una. Por eso, pesamos 500g.
Añadimos una cucharada de aceite, tal y como indican las instrucciones del paquete, y 360 ml de agua templada, y batimos enérgicamente con las varillas (o con las manos), durante al menos 10 minutos o hasta que la masa haya incorporado bien toda la harina y todo el agua:
Cubrimos ahora la masa con un paño seco y la dejamos reposar durante 30 minutos. Es el primer levado de la masa:
Pasados los 30 minutos, la masa habrá crecido un poco. Extendéis ahora un poco de harina sobre una encimera limpia, y volvéis a amasar la masa, esta vez con las manos, durante otros 5 minutos:
Añadís ahora las cucharadas de cebolla frita, y las integráis bien en la masa amasando de nuevo con las manos:
Le damos forma de barra y ponemos la masa sobre una bandeja de horno:
Ahora es cuando viene la parte más interesante. Cogemos una tijera y hacemos un corte tal y como veis en la foto al principio de la barra. El corte no debe llegar hasta el final de la barra. Una vez hecho, debéis torcer el trozo partido (ojo, sin que llegue a separarse de la barra), hacia un lado. Luego volvéis a hacer otro corte un poco más arriba y torcéis ese nuevo trozo hacia el lado contrario, y así sucesivamente hasta que lleguéis al final de la barra. Mirad, así:
Untamos ahora la superficie de la barra con aceite de oliva. Esto permitirá que no se escapen los granitos de sal que vamos a añadir a continuación. Yo he utilizado esta sal negra de Hawaii que me compré en París, pero podéis utilizar sal gorda sin problema:
Volvemos a tapar la barra con un trapo seco y dejamos que repose de nuevo durante, esta vez, 45 minutos. Es el segundo levado de la masa. Veréis cómo crece pasado este tiempo. Debe quedaros más o menos así:
Mientras esperamos a que el pan repose durante el segundo levado, precaletamos el horno a 220º (si es con aire, a 200º). Os doy ahora un truco que nunca falla: cinco minutos antes de meter el pan en el horno, pulverizad un poco de agua dentro del horno. Esto hará que se produzca humedad y hará que el pan doble su tamaño en el horno. Una vez pulverizada el agua (podéis meter también un bol resistente al horno con agua dentro, si no tenéis pulverizador), metéis la espiga dentro del horno y la horneáis durante 25/30 minutos más o menos:
Pasado el tiempo, ya podéis sacar la espiga del horno. Si veis que se os tuesta un poco por encima, podéis cubrirla con un papel de aluminio.
Y..., ¡voilá! Parece comprada, ¿verdad?
Podéis servirla entera y que cada comensal corte uno de los trozos de la espiga, ya que son como pequeñas raciones individuales.
El estilismo esta vez no puede ser más sencillo: la espiga está sobre un trapito de cocina de Primark que compré por 1,50€ y es maravilloso...
Con esta espiga de pan de chapata con cebolla me despido de todos vosotros hasta la semana que viene, no sin antes volveros a desear no solo una semana deliciosa, sino un 2016 feliz, muy, muy feliz. De corazón os lo deseo.
Un besote muy fuerte,
Cocotte.
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