Lo primero que vamos a hacer es triturar las galletas. Lo podéis hacer con el accesorio picador de la batidora, con un mortero, o metiendolas dentro de un trapito y machacándolas con un rodillo:

Trituramos las galletas

Trituramos las galletas

Trituramos las galletas

Ponemos ahora la leche a calentar con una cucharada de miel:

Calentamos la leche con una cucharada de miel

Cuando esté caliente, antes de que hierva, meted las galletas trituradas y el polvo de cuajada, dejad que las galletas se empapen bien removiendo para que no se os queme, hasta que se forme una especie de papilla densa y no se aprecien trozos de galletas:

Las añadimos a la leche caliente

Cuajada

dejamos que se empepen bien en la leche hasta que parezca una papilla densa

Rellenad ahora los vasitos con la mezcla de leche con galletas y dejad que se enfríen. Una vez tengáis la masa templada, metedla en la nevera durante al menos dos hora antes de consumir, para que se cuaje el postre. 

Rellenamos los vasitos

Los dejamos enfriar en la nevera hasta que se cuajen (al menos dos horas)

Y..., ¡voilá! ¿Qué os parece? Ponéis una galleta encima a modo de natillas, y éste es el resultado. Yo lo he servido en estos vasitos bajos de vino, y la medida es la ideal. Tanto como postre, merienda o desayuno, es una manera de lo más original de tomar galletas con leche conservando todo su sabor original. Esta  receta se la dedico a mi amigo Ignacio, que lleva más de 50 años desayunando leche con galletas y sigue siendo fiel a ese sabor que tanto le gusta. ¡Va por ti, compadre!

Postre de leche con galletas

Y con este postre de galletas con leche, me despido de todos vosotros, mis queridos "glamcooks", no sin antes desearos una semana tann dulce como este postre.

Un besote,

Cocotte.