Mis queridos «glamcooks»:
No sé si os pasa a vosotros, pero la llegada a mi vida de las patatas fritas congeladas ha hecho que lleve un tiempín más bien largo sin hacerlas a la manera tradicional. El otro día me contaba mi hija con gran sorpresa cómo había visto hacer las patatas fritas a la vecina y eso me hizo reflexionar… Así es que he decidido retomar las buenas costumbres y comenzar a hacerlas como se han hecho siempre. Pero lo cierto es que a mí me gusta darle un toque personal hasta a unas simples patatas fritas (ya sabéis que la creatividad es uno de los pilares básicos del cocotteo), y he intentado hacer unas patatas fritas, similares a las patatas «de luxe» de McDonald’s (que por cierto, me gustan mucho) con lo que tenía por casa. En el post de hoy os muestro el resultado porque la verdad es que han salido riquísimas.
Gajos de patatas de luxe (como los de McDonald’s pero caseros)
Vais a necesitar:
Y para la salsa:
- Frase : Estos gajos de patata de luxe son, como su propio nombre indica, ¡un lujo! Gustan a grandes y pequeños y la mayoría de las veces, no llegan a la mesa...
Ingredientes
- Patatas - 3 o 4 medianas
- Aceite de oliva - Un buen chorro (en torno a 8 cucharadas)
- Perejil en polvo - 1/2 cucharadita
- Ajo en polvo - Una cucharadita
- Sal - Una cucharadita
- Pimienta - 1/2 cucharadita
- Orégano - 1/2 cucharadita
- Pimentón dulce - 1/2 cucharadita
- Cebolla en polvo - 1/2 cucharadita
- Queso parmesano rallado - 30 g.
- Para la salsa
- Mayonesa - 3 cucharadas
- Nata espesa (crema fresca) - 1 cucharada y 1/2
- Ajo en polvo - Al gusto
- Salsa Worthester (salsa Perrins) - Unas gotas
- Algunas especia fresca (cebollino o eneldo) - Al gusto
- Limón - Unas gotas
- Sal y pimienta - Al gusto
- Pimienta de cayena - Un pellizco
- Mostaza - 1/2 cucharadita
Instrucciones
Lo primero que vamos a hacer es preparar las patatas. En este caso, vamos a hacer los gajos de patata con piel por lo que tenemos que lavar y secar bien las patatas para quitar cualquier rastro de tierra o suciedad (en muchos casos las venden ya lavadas, pero incluso ésas hay que lavarlas bien):
Procedemos ahora acortarlas en gajos. Y para ello os voy a enseñar un truquito: ¡partirlas con el partidor de manzanas! Cuesta un poco más partirlas que cortar una manzana, porque la carne de la patata cruda es más dura, pero los gajos salen muy bien. Para que os resulte más fácil, yo lo que hago siempre es cortar la base de la patata (o de la manzana), para que se sujete de manera estable sobre la tabla y no se nos desvíen las cuchillas al cortar. Mirad, así:
La ponemos ahora de pie, sobre la parte de la patata que hemos cortado:
Y como ya está estable y más o menos recta, podemos pasar mejor el cortador. Ojo, si no tenéis cortador, ¡no pasa nada! Se corta con un cuchillo como se ha hecho siempre, y punto.
Una vez partidas todas las patatas, preparamos la marinada en la que las vamos a bañar. Ponemos todos los ingredientes en un bol y removemos bien. Si vemos que nos ha quedado un poco espesa, añadimos un poco más de aceite:
Metemos ahora las patatas en la marinada, y las removemos bien para asegurarnos de que quedan bien cubiertas con el aliño:
Y las vamos colocando sobre una fuente de horno cubierta con papel de horno o con la silicona apta para horno. Si vemos que nos sobra marinada, la añadimos sobre las patatas ya en la fuente:
Metemos ahora la fuente en el horno que previamente hemos calentado a 180º, y las dejamos ahí unos 25/30 minutos aproximadamente, o hasta que veáis que ya están doraditas. Una vez fuera del horno, las pasamos a una fuente con papel absorbente para eliminar el exceso de grasa:
Preparamos ahora la salsa. Ponemos todos los ingredientes menos el limón en un bol y removemos bien:
Aunque personalmente me gusta mucho más el gusto que le da el cebollino fresco, no tenía en casa hoy. Por eso, he utilizado eneldo y la verdad es que la combinación estaba muy rica. Añadimos ahora las gotitas de limón o de lima y volvemos a remover bien:
Y ahora no nos queda más que servirlo junto..., ¡voila! ¿Qué os parece?
Si os soy sincera no me ha dado tiempo ni a sacarlos para comer. Nos los hemos comido de aperitivo, y estaban riquísimos. He utilizado para el estilismo un precioso cucurucho de cerámica a juego con unos cuenquitos que me regaló mi querida amiga Katia por mi cumpleaños hace unos años. Lo guardo con muchísimo cariño y desde hoy será el plato oficial de estas patatas de luxe, porque ella sí que es un lujo de amiga.
Y con esto me despido de todos vosotros hasta la semana que viene. La semana pasada estuve en Marrakesh, y la próxima en París, así es que prometo receta de inspiración marroquí y parisina prontito...
Un besote muy fuerte, y que tengáis una semana tan cálida y especiada como esta receta.
Cocotte.
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