Mis queridos «glamcooks»:
Hoy quiero compartir con vosotros una reinterpretación de un clásico de nuestra cocina: tortilla con pimientos, pero con un twist «cocottero». En lugar de hacer la tortilla y acompañarla de pimientos (qué delicia de plato, por Dios), vamos a rellenar los pimientos con tortilla de patata, ¿os parece? La receta no puede ser más facilona, y os arregla una cena de diario o un entrante en un momento. ¿Queréis aprender a hacerla? Pues empezamos:
Pimientos rellenos de tortilla de patata
Pimientos rellenos de tortilla de patata
Ingredientes
Instrucciones
Vais a necesitar (para 4 personas, es decir, medio pimiento para cada una):
Lo primero que vamos hacer es preparar los pimientos. Para ellos, los lavamos y los partimos en dos de manera longitudinal. Les quitamos las partes blancas del interior y las semillas:
Los ponemos en una fuente de horno, les añadimos un poco de aceite, sal y pimienta y los metemos la horno previamente calentado a 180º, durante unos 8/10 minutos o hasta que veamos que empiezan a estar más blanditos. Esto lo hacemos porque como el pimiento es más duro, tardará más en hacerse que la tortilla en cuajarse, y siempre nos quedarán duritos. De esta manera, el pimiento quedará en su punto:
Mientras se hace el pimiento, preparamos la tortilla. Yo he comprado este preparado de patatas para tortilla en Mercadona. Os debo decir que no me ha parecido la torta, es decir, que para hacer la receta rápido, está bien, pero que si podéis hacerlo con patatas naturales, mil veces mejor. Las laváis, las peláis, las cortáis para tortilla y las freís en una sartén a fuego medio para que se queden blandas y no se doren. Las escurrís, y ya estaríamos en este punto. Yo aquí he escurrido las patatas del bote:
Batimos los huevos y les añadimos sal. A continuación, incorporamos las patatas:
A estas alturas, los pimientas ya deberían estar blanditos. Los sacamos del horno, y los rellenamos con la mezcla de tortilla. Ojo, a veces la posición del pimiento hace que se os pueda salir el relleno. Os recomiendo que lo mováis hasta que encontréis la postura en la que el pimiento retenga en su interior el relleno:
Ahora, metemos los pimientos de nuevo en el horno hasta que veamos que la tortilla empieza a cuajarse. Aquí no os doy tiempo aproximado, porque a cada uno le gusta la tortilla de una manera: más o menos cuajada. Los sacáis en el punto que queráis:
El siguiente paso ya os opcional, pero os lo recomiendo porque le da al plato una terminación redonda. Consiste en añadirle un poco de queso emmental rallado por encima, y gratinarlo. Este paso no es muy ortodoxo (en lo que se refiere a la receta original), pero ya sabéis que en el cocotteo las variaciones y la imaginación son parte fundamental para realizar recetas diferentes, así es que os animo a hacerlo, en ésta y ¡en cualquier receta! Cuando veáis que la tortilla ya está un poco cuajada (para que no se os hunda el queso dentro), sacáis los pimientos, los cubrís con queso y los volvéis a meter unos 5 minutos en el horno para que el queso se funda:
Cuando veáis que ya se ha fundido, incluso dorado, sacáis la fuente del horno:
Y..., ¡voilá! Aquí la tenéis, ¿os gusta? Os aseguro que es un plato que gusta a todos, grandes y mayores, fácil de hacer y de lo más pintón. Los decoráis con una hoja grande de perejil, y ¡listo!
El estilismo es el siguiente: el plato es de IKEA, la macetita me la regaló una amiga y la cestita del pan es de Alemania.
Espero que os haya gustado la receta de esta semana y que os animéis a hacerla. Si es así, por fa, ¡compartid el resultado!
Os mando un besote enorme y os deseo una semana cálida de corazón en este frío pelón que nos ha llegado.
Cocotte.
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