Mis queridos «glamcooks»:
Disculpad que ayer no subiera la receta y que lo haga hoy pero con esto del puente, ayer estuvimos todo el día fuera y no conseguí hacerlo. En este mes de diciembre, quiero compartir con todos vosotros recetas que podáis utilizar de alguna manera en vuestras cenas o comidas de Navidad, ya sea porque podáis servirlas de aperitivo, de entrante, de plato principal o de postre. La de hoy es una de esas recetas sencillas pero con aires de gran restaurante: supremas de pollo con salsa de setas al Oporto. El nombre inspira, ¿no? Pues veréis que sencillas son y que ricas resultan. Pueden servirse perfectamente como plato principal y la técnica para hacer las supremas os puede servir para que luego las acompañéis con la salsa que queráis. ¿Estáis preparados? Pues empezamos.
Supremas o pechugas de pollo con salsa de setas al Oporto
Vais a necesitar:
Ingredientes
- Pechugas de pollo enteras - 3
- Surtido de setas variadas congeladas - 350 g.
- Nata espesa (crema fresca) - 150 g.
- Vino de Oporto - 100 ml.
- Pastillas de caldo de pollo - 2
- Mantequilla - Una cuhcarada grande
- Aceite - Un chorrito
- Sal y pimienta - Al gusto
Instrucciones
Lo primero que vamos a hacer es poner agua a hervir para hacer el caldo con las dos pastillas:
Mientras se hace el caldo, vamos a preparar las pechugas para que tengan forma de supremas. En realidad, las supremas es una manera de preparar las pechugas de pollo para que queden redonditas y que, al cortarlas, formen unos medallones mucho más vistosos que los trozos de pechuga sueltos. Para ello, lo que vamos a hacer es atar las pechugas enteras con cordel de cocina (que se compra en cualquier ferretería o en la zona de accesorios de cocina de las grandes superficies) para que al cocerlas no pierdan su forma. Atadlas bien por tres partes, para aseguraros de que cocidas queden igual. Mirad, así:
Una vez atadas las pechugas y hecho el caldo, metemos las pechugas en la olla con el caldo para que se cuezan. Las vamos a hervir entre 8 y 10 minutos sin son muy grandes, para que queden jugosas. Mirad, de las mías, la grande ha tardado 10 minutos en hacerse, pero las pequeñas se han hecho en 8 minutos y las he sacado antes del caldo:
Mientras se cuecen las pechugas, vamos a ir preparando la salsa. Para ello, ponemos un poco de aceite en una sartén, pesamos las setas, y cuando el aceite esté caliente las añadimos sin descongelar a la sartén:
Salpimentamos bien y dejamos que las setas reduzcan gran parte del líquido que sueltan, y más si son congeladas:
Una vez reducido el líquido, medimos el vino de Oporto y lo añadimos a las setas. Dejamos que reduzca y que se evapore todo el alcohol:
A estas alturas, las pechugas ya deben estar cocidas. Las sacamos del caldo y les quitamos el cordel. Veréis que no han perdido la forma pero que de color están un poco pálidas (el color de pollo cocido). Para quitárselo, las vamos a pasar por una sartén con mantequilla, para que se doren bien por todos los lados. Dadles la vuelta y también doradlas por los costados. Mirad, así:
Una vez bien doradas, las sacamos de la sartén y las reservamos:
Y volvemos a la salsa. Cuando ya se haya reducido y evaporado el alcohol del Oporto, añadimos la nata a las setas y removemos bien. Salpimentamos (si queréis, podéis añadir un poco de cebolla en polvo también), y si veis que ha quedado la salsa un poco espesa, podéis añadirle nata, leche o leche evaporada:
Cortamos ahora con cuidado las pechugas en medallones y las ponemos en una fuente de servir:
Si veis que alguno de los medallones de la parte más gordita de la pechuga está rosita o poco hecho, podéis pasarlos mínimamente por la sartén de la mantequilla. Ojo, muy poco, porque la pechuga de por sí es muy seca y la idea es que queden jugositas. Mirad, a mí me ha pasado con estos trocitos:
Una vez todos en la fuente, añadimos la salsa por encima y lo acompañamos de arroz:
Y..., ¡voilá! ¿Os gusta? Este tipo de supremas de pollo se pueden acompañar de salsa de curry o de lo que queráis. Es una manera de lo más pintona de servir y presentar unas simples pechugas de pollo, ¿no os parece?
Espero haberos inspirado con esta recetita que bien puede ser navideña. Yo con ella me despido hasta el domingo que viene, no sin antes desearos una semana tan deliciosa como esta receta. Yo hoy me marcho hoy a París, y espero poder sacar 5 minutos para visitar la Grand Epicerie de París, una especie de Disneyland gastronómico para mí donde pierdo la noción del tiempo y donde seguro me cargaré de inspiración para la receta de la semana que viene...
Os envío un beso muy, muy fuerte.
Cocotte.
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